domingo, 3 de abril de 2016

SINTAXIS TERCERA EVALUACIÓN_ VOLUNTARIO

     
  Como os comuniqué el primer día de clase, os ofrezco la opción de entregar (voluntariamente) estas veinte oraciones debidamente analizadas sintácticamente el día 4 de mayo. Si están bien, la parte de sintaxis del examen os la daré por aprobada. Recordad que puedo preguntar CÓMO LO HABÉIS HECHO, si detecto que os habéis copiado, quedaréis automáticamente suspensos.

  No sabía si tomaba la decisión correcta tomando posesión del mundo exterior, sino que dudaba sobre ello.  

       -  Y entonces se dio cuenta Augusto de que la había venido siguiendo.

  La portera de la casa lo miraba con ojos maliciosos y aquella mirada le sugirió a Carlos lo que entonces debía hacer. 

 -   No sé qué más decirle, señorita.  La cuestión es si usted sabe que lo quiere o no lo sabe.   


 -   He oído decir que lo más liberador del arte es que le hace a uno olvidar que existe.   


 -   Para la medianoche, como no dormiréis, os he preparado jamón y unas copas grandes de vino.    


 -   Aquello era mejor que pasarse el día entero aburrido, sin nada que hacer.

 
9     -   Alonso te pidió perdón, y aunque no lo hayas perdonado, a mí me parece que es un chico educado. 

       -   Sobreactuó, pero me conformo con el resultado.
       -   Fernando nos dijo: “De verdad que deseo con todas mis fuerzas ir al viaje con vosotras”.


1     -   Explica por qué el fragmento pertenece a un texto literario del género dramático y exponlo a la clase.


1     -    El restaurante en el que Gracia celebró su boda cerró el fin de semana pasado.


1     Podrán salir los que terminen a tiempo el trabajo de Historia.


1     -   Te avisaremos cuando lleguemos al lugar que os dijimos; es un sitio maravilloso.


       -   El Papa Francisco ha visitado esta mañana la Sagrada Familia en la ciudad de Barcelona en compañía    de los reyes de España.

1    En un lugar de La Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no hace mucho tiempo que vivía un hidalgo de los de lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor.

1     Si estás pensando en renunciar, avísame pronto.

1     Nos entregaron el pergamino para que estudiáramos todas y cada una de las normas de acceso. 
2     -   Terminado el curso, haremos lo que sea preciso para viajar a París.
2     -    La cuestión es si usted sabe que lo quiere o no lo sabe.


lunes, 15 de febrero de 2016

COMENTARIO DEL SONETO XXIII DE GARCILASO




LAS ACLARACIONES EN ROJO NO FORMAN PARTE DEL COMENTARIO EN SÍ, SINO QUE SON INCISOS ACLARATORIOS PARA QUE COMPRENDÁIS MEJOR DE QUÉ SE HABLA.



  Soneto XXIII


  En tanto que de rosa y azucena
se muestra la color en vuestro gesto,
y que vuestro mirar ardiente, honesto,
enciende al corazón y lo refrena;

  y en tanto que el cabello, que en la vena      5
del oro se escogió, con vuelo presto,
por el hermoso cuello blanco, enhiesto,
el viento mueve, esparce y desordena:

  coged de vuestra alegre primavera
el dulce fruto, antes que el tiempo airado       10
cubra de nieve la hermosa cumbre;

  marchitará la rosa el viento helado.
Todo lo mudará la edad ligera
por no hacer mudanza en su costumbre.


en tanto que de rosa y azucena se muestra la color en vuestro gesto1 y ...


El texto que se va a comentar pertenece al género lírico, en concreto se trata (como su propio título indica) de un soneto, firmado por uno de los grandes representantes de nuestra poesía: Garcilaso de la Vega. Por esto, y por las características que desarrollaré a lo largo del comentario, podemos ubicarlo dentro del periodo renacentista, más exactamente en la primera mitad del siglo XVI (la segunda etapa renacentista pertenece a la lírica religiosa: San Juan, Santa Teresa, Fray Luis).

El tema que trata el poema es el tópico renacentista del Carpe diem horaciano (Horacio, poeta clásico latino creador de este tópico y del Beatus ille (dichoso aquel) que aparece en las obras de la poesía renacentista religiosa). Así pues, la intención comunicativa del soneto (adecuación) es apelar a la atención de una joven, a la que se exhorta a aprovechar su juventud y gozar de los placeres de esta. El lenguaje utilizado, aunque sencillo, exige un cierto conocimiento de la modalidad poética, por lo que puede conllevar cierta dificultad si no se tiene un mínimo bagaje cultural o conocimiento de la lírica. Domina el texto la función poética a través de una serie de recursos literarios cuya función es embellecer el poema y sobre los que más adelante volveré (recapitularemos las figuras retóricas en los diferentes niveles del lenguaje). A pesar de tratarse de un texto lírico, la función apelativa se antepone a la expresiva, puesto que el poeta no pretende expresar sus propios sentimientos, sino invitar a la muchacha a aprovechar cada momento antes de que el tiempo pase inevitablemente (tempus fugit es otro de los tópicos que, aunque medieval, se aborda desde una perspectiva renacentista: el tiempo pasa irremediablemente, pero esto, lejos de ser una causa de sufrimiento, invita a aprovechar el momento gracias al tópico del carpe diem). La función referencial también está presente, fundamentalmente, en la descripción de la muchacha.

Por lo que respecta a la coherencia, la estructura del soneto viene constituida por cuatro estrofas: dos cuartetos y dos tercetos, de los cuales se deduce una estructura interna que divide el poema en dos partes. La primera de ella ocupa los dos cuartetos, y en ellos el poeta realiza la descriptio puellae propia del Renacimiento, donde la joven muchacha se revela como el canon de belleza renacentista: mujer de tez clara y mejillas sonrosadas, cuello hermoso y erguido y melena rubia. Los dos tercetos, por su parte, presentan el ya citado tema del poema: el carpe diem vinculado al tópico del tempus fugit tal y como se muestra en “coged de vuestra alegre primavera / (juventud) el dulce fruto, antes que el tiempo helado…” (el paso inevitable del tiempo).
Así pues, podemos afirmar que se trata de un texto con estructura inductiva, puesto que el tema se halla en la parte final del soneto.

En cuanto a la cohesión, se hace uso de hiperónimos del rostro (“gesto”) tales como “mirar, cabello, cuello”; sinónimos como “edad ligera” y “viento helado” que, en definitiva no dejan de ser recursos literarios que pasarán a comentarse en el siguiente apartado (podéis suprimir la cohesión en el comentario de un texto lírico, pues podéis comentar los mismos elementos en los niveles de la lengua). Del mismo modo, los signos de puntuación y las elipsis conforman un papel fundamental en el desarrollo de las distintas partes del poema.

Por último pasaré a comentar el soneto teniendo en cuenta los niveles de la lengua (fónico, morfosintáctico y léxicosemántico) sin olvidar que se trata de un texto literario.

Por lo que respecta al plano fónico (recordad que se trata del plano del sonido), lo primero que se ha de comentar es el ritmo, que viene determinado por una medida de versos endecasílabos (11 sílabas) con esquema métrico ABBA ABBA y tercertos encadenados CDE DCE. Es importante destacar los casos de sinalefa tales como “de rosa y_azucena” (v. 1) “mirar ardiente,_honesto (v. 3) (es importante fijarse en que la coma no exime la sinalefa), que permiten la medida de once sílabas. Además, casos como los encabalgamientos del verso 5 y el 9 hacen posible una aceleración del ritmo, así como los numerosos signos de puntuación, básicamente las comas.

Del plano morfosintáctico cabe destacar el uso de sustantivos y adjetivos  con los que describir a la joven, sobre todo en los dos cuartetos (“vuestro mirar ardiente, honesto” v. 3, “hermoso cuello blanco” v. 7), frente a los verbos que, junto a los adjetivos y sustantivos, dominan los tercetos y que muestran la acción a la que está siendo invitada la muchacha: aprovechar la juventud antes de que sea tarde. Llama la atención el imperativo “coged” con el que da comienzo el primer terceto, al que siguen “cubra de nieve” (v. 11), “marchitará la rosa” (v. 12) “todo lo mudará la edad ligera” (v. 13). Por lo que respecta a la sintaxis, aunque no dificulta la comprensión de los enunciados, sí se aprecian numerosos hipérbatos en los dos primeros versos (la color en vuestro gesto se muestra de rosa y azucena), en la segunda estrofa, donde el sujeto aparece en el último verso (el viento es el que mueve el cabello), así como el verso con el que da comienza el segundo terceto (el viento helado marchitará la rosa). Además, los enunciados son breves y sencillos, sin apenas subordinación, lo que facilita la comprensión del mensaje. Por su parte, se aprecia una anáfora al comienzo de los dos primeros cuartetos (“en tanto”), así como una gradación de elementos tales como “el viento mueve, esparce y desordena” (v. 4).

Por su parte, del nivel léxicosemántico es preciso destacar las abundantes referencias a elementos de la naturaleza, tan propias del Renacimiento, que actúan como metáforas de aquello que se quiere expresar: así, el color del semblante de la joven se identifica con una azucena (tez blanca) y una rosa (mejillas sonrosadas); vena del oro (cabello rubio); alegre primavera (juventud), el dulce fruto (los placeres que otorgan la juventud); cubra de nieve la hermosa cumbre (llegue la vejez); marchitará la rosa el viento helado (el paso del tiempo). Es preciso recordar en este verso el tópico del collige, virgo, rosas del poeta latino Ausonio, inspirador del carpe diem.

Para finalizar, puede afirmarse que el soneto comentado pertenece a la primera mitad del siglo XVI, no solo por la firma de su autor, sino porque su forma, así como los tópicos y los recursos literarios empleados, lo identifican como composición de una de las etapas más gloriosas de la literatura española: el Renacimiento.

jueves, 28 de enero de 2016

MODELO DE EXAMEN



Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo. Macondo era entonces una aldea de veinte casas de barro y cañabrava construidas a la orilla de un río de aguas diáfanas que se precipitaban por un lecho de piedras pulidas, blancas y enormes como huevos prehistóricos. El mundo era tan reciente, que muchas cosas carecían de nombre, y para mencionarlas había que señalarlas con el dedo. Todos los años, por el mes de marzo, una familia de gitanos desarrapados plantaba su carpa cerca de la aldea, y con un grande alboroto de pitos y timbales daban a conocer los nuevos inventos. Primero llevaron el imán. Un gitano corpulento, de barba montaraz y manos de gorrión, que se presentó con el nombre de Melquíades, hizo una truculenta demostración pública de los que él mismo llamaba la octava maravilla de los sabios alquimistas de Macedonia.



Cien años de soledad, Gabriel García Márquez





La Sara llevó el peso de la casa desde la muerte de su madre. Tenía el pelo rojo e híspido y era corpulenta y maciza como el padre y el hermano. A veces, Daniel, el Mochuelo, imaginaba que el fin de la madre de Roque, el Moñigo, sobrevino por no tener aquélla el pelo rojo. El pelo rojo podía ser, en efecto, un motivo de longevidad o, por lo menos, una especie de amuleto protector. Fuera por una causa o por otra, lo cierto es que la madre del Moñigo falleció al nacer él y que su hermana Sara, trece años mayor, le trató desde entonces como si fuera un asesino sin enmienda. Claro que la Sara tenía poca paciencia y un carácter regañón y puntilloso. Daniel, el Mochuelo, la había conocido corriendo tras de su hermano escalera abajo, desmelenada y torva, gritando desaforadamente:
—¡Animal, más que animal, que ya antes de nacer eras un animal!

Luego la oyó repetir este estribillo centenares y hasta millares de veces; pero a Roque, el Moñigo, le traía aquello sin cuidado. Seguramente lo que más exacerbó y agrió el carácter de la Sara fue el rotundo fracaso de su sistema educativo. Desde muy niño, el Moñigo fue refractario al Coco, al Hombre del Saco y al Tío Camuñas. Sin duda fue su solidez física la que le inspiró este olímpico desprecio hacia todo lo que no fueran hombres reales, con huesos, músculos y sangre bajo la piel. Lo cierto es que cuando la Sara amenazaba a su hermano, diciéndole: "Que viene el Coco, Roque, no hagas tal cosa", el Moñigo sonreía maliciosamente, como desafiándole: "Ale, que venga, le aguardo". Entonces el Moñigo apenas tenía tres años y aún no hablaba nada. A la Sara la llevaban los demonios al constatar el choque inútil de su amenaza con la indiferencia burlona del pequeñuelo.


El camino, Miguel Delibes

A continuación, os paso un enlace de un texto periodístico dialogado, para que lo leáis y lo trabajéis en casa:



MODELO DE EXAMEN:

1. Realiza el comentario del fragmento propuesto teniendo en cuenta las cuestiones
siguientes:

a) El tema del texto (0,5 puntos) b) Adecuación, coherencia y cohesión así como características lingüísticas más sobresalientes (1,25 puntos) Tipo de texto, modalidad o modalidades textuales y ámbito al que pertenece (0,25 puntos).

2. Redacta un resumen del contenido del texto (1 punto).

3.
Analiza sintácticamente: Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo. (1 punto)

4. ESCOGE A o B (1 punto)

a) Indica a qué categoría gramatical o clase de palabras pertenece seguramente, analiza su estructura morfológica y señala a qué proceso de formación de palabras responde.

b) Indica las partes en las que se divide filántropo, enuncia el significado de cada uno de sus lexemas clásicos y redacta el significado de la palabra.