jueves, 28 de enero de 2016

MODELO DE EXAMEN



Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo. Macondo era entonces una aldea de veinte casas de barro y cañabrava construidas a la orilla de un río de aguas diáfanas que se precipitaban por un lecho de piedras pulidas, blancas y enormes como huevos prehistóricos. El mundo era tan reciente, que muchas cosas carecían de nombre, y para mencionarlas había que señalarlas con el dedo. Todos los años, por el mes de marzo, una familia de gitanos desarrapados plantaba su carpa cerca de la aldea, y con un grande alboroto de pitos y timbales daban a conocer los nuevos inventos. Primero llevaron el imán. Un gitano corpulento, de barba montaraz y manos de gorrión, que se presentó con el nombre de Melquíades, hizo una truculenta demostración pública de los que él mismo llamaba la octava maravilla de los sabios alquimistas de Macedonia.



Cien años de soledad, Gabriel García Márquez





La Sara llevó el peso de la casa desde la muerte de su madre. Tenía el pelo rojo e híspido y era corpulenta y maciza como el padre y el hermano. A veces, Daniel, el Mochuelo, imaginaba que el fin de la madre de Roque, el Moñigo, sobrevino por no tener aquélla el pelo rojo. El pelo rojo podía ser, en efecto, un motivo de longevidad o, por lo menos, una especie de amuleto protector. Fuera por una causa o por otra, lo cierto es que la madre del Moñigo falleció al nacer él y que su hermana Sara, trece años mayor, le trató desde entonces como si fuera un asesino sin enmienda. Claro que la Sara tenía poca paciencia y un carácter regañón y puntilloso. Daniel, el Mochuelo, la había conocido corriendo tras de su hermano escalera abajo, desmelenada y torva, gritando desaforadamente:
—¡Animal, más que animal, que ya antes de nacer eras un animal!

Luego la oyó repetir este estribillo centenares y hasta millares de veces; pero a Roque, el Moñigo, le traía aquello sin cuidado. Seguramente lo que más exacerbó y agrió el carácter de la Sara fue el rotundo fracaso de su sistema educativo. Desde muy niño, el Moñigo fue refractario al Coco, al Hombre del Saco y al Tío Camuñas. Sin duda fue su solidez física la que le inspiró este olímpico desprecio hacia todo lo que no fueran hombres reales, con huesos, músculos y sangre bajo la piel. Lo cierto es que cuando la Sara amenazaba a su hermano, diciéndole: "Que viene el Coco, Roque, no hagas tal cosa", el Moñigo sonreía maliciosamente, como desafiándole: "Ale, que venga, le aguardo". Entonces el Moñigo apenas tenía tres años y aún no hablaba nada. A la Sara la llevaban los demonios al constatar el choque inútil de su amenaza con la indiferencia burlona del pequeñuelo.


El camino, Miguel Delibes

A continuación, os paso un enlace de un texto periodístico dialogado, para que lo leáis y lo trabajéis en casa:



MODELO DE EXAMEN:

1. Realiza el comentario del fragmento propuesto teniendo en cuenta las cuestiones
siguientes:

a) El tema del texto (0,5 puntos) b) Adecuación, coherencia y cohesión así como características lingüísticas más sobresalientes (1,25 puntos) Tipo de texto, modalidad o modalidades textuales y ámbito al que pertenece (0,25 puntos).

2. Redacta un resumen del contenido del texto (1 punto).

3.
Analiza sintácticamente: Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo. (1 punto)

4. ESCOGE A o B (1 punto)

a) Indica a qué categoría gramatical o clase de palabras pertenece seguramente, analiza su estructura morfológica y señala a qué proceso de formación de palabras responde.

b) Indica las partes en las que se divide filántropo, enuncia el significado de cada uno de sus lexemas clásicos y redacta el significado de la palabra.

miércoles, 20 de enero de 2016

Lexemas cultos

LEXEMAS CULTOS

gastr-.
(Del gr. γαστήρ, γαστρός).
1. elem. compos. Significa 'estómago', 'zona ventral'. Gástrico, gastritis. Se dan también las formas
gastero-, gastro-.
poli-1.
(Del gr. πολυ-, mucho).
1. elem. compos. Indica pluralidad o abundancia. Polisílabo, poliedro.
poli-2.
(Del gr. πόλις).
1. elem. compos. Significa 'ciudad'. Acrópolis, necrópolis.
hemato-.
(Del gr. αἷμα, -ατος).
1. elem. compos. Significa 'sangre'. Hematología, hematófago. Adopta también las formas hemo-,
hema-, hemat-. Hematermo. Hematoma. Hemorragia.
-grama.
(Del gr. γράμμα, letra, escrito).
1. elem. compos. Significa 'escrito' o 'gráfico'. Cablegrama, telegrama, cardiograma.
bio- o -bio.
(Del gr. βιο-).
1. elem. compos. Significa 'vida'. Biografía, biológico, bioquímica. Microbio, anaerobio.
-scopio.
(De la raíz gr. σκοπ-, ver).
1. elem. compos. Significa 'instrumento para ver o examinar'. Telescopio, microscopio.
logía.
(Del gr. -λογία).
1. elem. compos. Significa 'tratado', 'estudio', 'ciencia'. Mineralogía, lexicología.
fobia.
(Del gr. -φοβία, elem. compos. que significa 'temor'). Aracnofobia, claustrofobia. 1. f. Aversión
obsesiva a alguien o a algo. 2. f. Temor irracional compulsivo.
-patía.
(Del lat. -pathīa, y este del gr. πάθεια, de la raíz παθ-, sufrir, experimentar).
1. elem. compos. Significa 'sentimiento', 'afección' o 'dolencia'. Homeopatía, telepatía.
macro-.
(Del gr. μακρο-).
1. elem. compos. Significa 'grande'. Macrobiótica, macromolécula.
mega-.
(Del gr. μεγα-).
1. elem. compos. Significa 'grande'. Megalito.
2. elem. compos. Significa 'amplificación'. Megafonía.
3. elem. compos. Significa 'un millón (106) de veces'. Con nombres de unidades de medida, forma
el múltiplo correspondiente. (Símb. M).
dermo-
(Del gr. δέρμα, -ατος).
1. elem. compos. Significa 'piel'. Dermofarmacia. Paquidermo. Como prefijo adopta a veces las
formas derm-, dermat-, dermato-. Dermitis. Dermatitis. Dermatología. Como sufijo, adopta
también la forma -dermia. Taxidermia.


EJERCICIO. Trata de buscar palabras que contengan los prefijos y sufijos que aparecen a continuación y deduce su significado.

-agogía/ -agogo
acción de conducir, conducción/ el que conduce /el que dirige algo

-algia
dolor


antropo-
hombre

arqueo-
antiguo


-arquía/-arca
mando, gobierno /el que manda, el que gobierna

aster-/astr-
astro, estrella

auto-
propio, mismo

bio-
vida

caco-
mal(o)

cali-
bonito, hermoso

cosmo-
universo

-cracia /-crata
poder, gobierno / el que tiene el poder

-fagia/-fago fago-
devorar, comer, alimentarse/ que se alimenta, que come

-fonía /-fono
sonido, voz/ que suena

-gamia /-gamo
unión / el que contrae matrimonio

-genia/ -genesis
origen, creación

geo-
tierra

-gono
ángulo

-grafía /-grafo
escritura, descripción/ que escribe

hidro-
agua

-iatría /-iatra
ciencia médica / médico que estudia ...

-lito / lito-
piedra

-logía /-logo
estudio, ciencia, palabra

macro-
grande

-manía / -mano
locura / el que tiene la locura de

-maquia
lucha

mega-/megalo-
grande

-metría /-metro
medida / instrumento para medir

micro-
pequeño
microcosmo, microeconomía, microestructura, microchip, microfilm, micrófono, microondas, microbio

neo-
nuevo

-nomía /-nomo
norma, ley, ciencia /que regula, que entiende

odonto- -odoncia
diente

oftalmo-/ oftalmia
ojo, visión

oligo-
poco

orto-
correcto

paleo-
antiguo

-patía / -pata
experiencia, sufrimiento, enfermedad / el que sufre, enfermo de

pan-, pant(o)-
todo

-podo/ podo-
pie
 
 pir(o)-
fuego

psic-
mente, alma

quiro-
mano

-scopia, -scopio
acción de observar, de mirar/ que observa, que ve

tanato-
muerte

taqui-
rápido

-teca
depósito, caja

-tecnia /tecn-
arte

teo-/-teo/-teismo
dios

-tomía /-tomo
sección, corte

zoo-
animal, ser vivo

 

lunes, 18 de enero de 2016

ANTONIO CARVAJAL, poeta invitado a Leganés 2016

ANTONIO CARVAJAL 
Poeta invitado a Leganés 2016

Amor que me haces amar:
si no me ayudas,
¿por qué me quieres crear?

¿Por qué me quieres de viento,
por qué me mudas en nubes,
por qué, por qué me desnudas
de carne y de pensamiento,
y, rota el alma, me subes,
amor, a trinos de amar?
Si no me ayudas,
¿por qué me quieres crear?

https://es.wikipedia.org/wiki/Antonio_Carvajal#Poemarios 

domingo, 10 de enero de 2016

COMENTARIO DE TEXTO 1




Estamos en el comedor estudiantil de una universidad alemana. Una alumna rubia e inequívocamente germana adquiere su bandeja con el menú en el mostrador del autoservicio y luego se sienta en una mesa. Entonces advierte que ha olvidado los cubiertos y vuelve a levantarse para cogerlos. Al regresar, descubre con estupor que un chico negro, probablemente subsahariano por su aspecto, se ha sentado en su lugar y está comiendo de su bandeja. De entrada, la muchacha se siente desconcertada y agredida; pero enseguida corrige su pensamiento y supone que el africano no está acostumbrado al sentido de la propiedad privada y de la intimidad del europeo, o incluso que quizá no disponga de dinero suficiente para pagarse la comida, aun siendo ésta barata para el elevado estándar de vida de nuestros ricos países. De modo que la chica decide sentarse frente al tipo y sonreírle amistosamente. A lo cual el africano contesta con otra blanca sonrisa. A continuación, la alemana comienza a comer de la bandeja intentando aparentar la mayor normalidad y compartiéndola con exquisita generosidad y cortesía con el chico negro. Y así, él se toma la ensalada, ella apura la sopa, ambos pinchan paritariamente del mismo plato de estofado hasta acabarlo y uno da cuenta del yogur y la otra de la pieza de fruta. Todo ello trufado de múltiples sonrisas educadas, tímidas por parte del muchacho, suavemente alentadoras y comprensivas por parte de ella. Acabado el almuerzo, la alemana se levanta en busca de un café. Y entonces descubre, en la mesa vecina detrás de ella, su propio abrigo colocado sobre el respaldo de una silla y una bandeja de comida intacta.

Dedico esta historia deliciosa, que además es auténtica, a todos aquellos españoles que, en el fondo, recelan de los inmigrantes y les consideran individuos inferiores. A todas esas personas que, aun bienintencionadas, les observan con condescendencia y paternalismo. Será mejor que nos libremos de los prejuicios o corremos el riesgo de hacer el mismo ridículo que la pobre alemana, que creía ser el colmo de la civilización mientras el africano, él sí inmensamente educado, la dejaba comer de su bandeja y tal vez pensaba: "Pero qué chiflados están los europeos".
Rosa Montero, El País

Realiza el comentario del texto teniendo en cuenta: el tema, el resumen, las partes, adecuación, coherencia y cohesión.


El texto de Rosa Montero pertenece al género periodístico de opinión, el cual se sirve de una modalidad textual argumentativa cuya intención es convencer al lector. Dentro de esta, y como una estrategia persuasiva más, la autora se sirve también de una modalidad narrativa en la que apoya su tesis y en la que se deja entrever el tema del texto: los prejuicios de los españoles hacia culturas desconocidas. A modo de “eixempla medieval”, nos ilustra acerca de una caso que asegura verídico: la ridícula equivocación que sufre una estudiante alemana en un comedor universitario, al creer durante un largo rato que un chico negro está comiendo de su bandeja, cuando, en realidad, ha sido ella la que ha confundido su sitio y, por lo tanto, su bandeja con alimentos. El texto concluye con una reflexión en la que Montero argumenta acerca de lo cerrados que seguimos siendo los españoles con respecto a las personas de países no occidentales, por más que a diario tratemos de convencernos de lo contrario.

El texto se sirve de una estructura inductiva, puesto que se parte de unos hechos concretos para llegar a la conclusión, en la que se encuentra la tesis, justo al final del escrito: “Será mejor que nos libremos de los prejuicios…”
Por lo que respecta a la adecuación textual, el artículo va dirigido a un receptor amplio, lo que justifica un registro estándar y divulgativo del lenguaje empleado. Existe un predominio de la función apelativa, puesto que la intención persuasiva prima sobre cualquier otra, cosa que puede apreciarse en el uso de la primera persona del plural, por ejemplo, como estrategia para hacer al lector partícipe en el texto. También es necesario nombrar la función expresiva, dados los tintes de subjetividad que empapan el texto, como adverbios o adjetivos valorativos; la función poética, en los giros literarios dirigidos a embellecer la expresión (véase el uso de metáforas como “trufado de múltiples sonrisas”), y la función representativa, presente en la narración de la historia.
Por su parte, la coherencia textual viene determinada por dos párrafos: uno en el que se narra la anécdota protagonizada por la alemana y el chico negro, y un segundo en el que se reflexiona, a modo de argumentación, acerca de lo relatado en el parágrafo anterior.  También referente a la coherencia del texto, cabe destacar la estructura tripartita de la que se compone el primer párrafo narrativo: planteamiento (hasta la línea 4), desarrollo (hasta la línea 18) y el desenlace hasta el final. Como texto narrativo, la autora se sirve de un narrador en primera persona, más unos personajes que protagonizan la anécdota, un espacio representado en el comedor de una universidad alemana y un tiempo indefinido, aunque cercano a nosotros en el tiempo.
Se hace uso de un léxico connotativo que otorga subjetividad a la lectura en aras de obtener una vez más su objetivo: persuadir al lector. Adverbios como “inequívocamente”, o adjetivos tales como “desconcertada, agredida, condescendiente, bienintencionadas…”  cumplen la misma función.                                         
Por lo que respecta a la morfología, los verbos predominan en el primer párrafo, dada su estructura narrativa, en primera persona del plural, para hacernos partícipes del texto, y en presente de indicativo, que le otorga un valor atemporal y, por lo tanto, más cercano al lector. El tiempo pasado aparece en la penúltima línea, para enlazar la argumentación con la narración. Por su parte, la sintaxis es elaborada; más, en el párrafo argumentativo, donde se intercalan oraciones compuestas subordinadas adjetivas, sustantivas y coordinadas, que permite a la autora una mejor reflexión y al lector una mayor capacidad de comprensión.

Por lo que respecta a la cohesión, el texto se sirve de recurrencia semántica sinonímica tal como alumna, muchacha, estudiante / negro, subsahariano, africano…; pero también léxica: alemana-alemana, africano-africano, bandeja-bandeja… La deixis interna anafórica también aparece en casos como en los pronombres “se” “los” (levantarse (la chica) para cogerlos (los cubiertos); y la deixis externa en el pronombre elidido “nosotros”, presente en todo el texto, así como el deíctico temporal “entonces”.  También destaca el uso de la elipsis en la supresión de algunos sujetos, como en “al regresar, descubre con estupor” (la alemana).
Por su parte, los conectores suparoraciones contribuyen a enlazar unos conceptos con otros de modo más comprensible: “a continuación”, “y así”, “de entrada”.

Para finalizar el comentario, es necesario mencionar los argumentos de los que se sirve la autora para elaborar su discurso: de un lado, escoge, una narración ejemplificante que le sirve para desarrollar más adelante su tesis; de otro, recurre a un argumento experiencial en el que asegura que lo que nos cuenta es un hecho verídico; lo que consigue al contar la historia con el efecto sorpresa que se desprende al final del párrafo narrativo, contribuye al desarrollo de un argumento de sentir común; como colofón, finaliza con una intervención en estilo directo simulando reproducir las palabras del chico africano, con lo que introduce una falacia argumentativa cuya intención no es otra que no dejar indiferente al lector. ESTA ÚLTIMA PARTE TODAVÍA NO LA HEMOS ESTUDIADO.

VALORACIÓN PERSONAL